Un profesor, un traslado y una ilusión
Los docentes interinos destinados a Menorca destacan que esta isla es barata, tranquila y su gente muy acogedora .
El curso escolar está a punto de empezar y con él el cambio de residencia de cientos de profesores que llegan a Menorca con «la ilusión de que los chicos aprendan y puedan resolver un futuro lleno de expectativas».
Uno de los institutos que recibe la llegada de un alto número de interinos, en su mayoría de fuera de la Isla, es el Maria Àngels Cardona de Ciutadella. De 94 profesores que componen su plantilla de profesionales, 29 no tienen una plaza propia asignada y luchan por reunir puntos para poder quedarse con una.
Este año han tenido suerte. «Hace un mes que sabemos nuestro destino», explica Raúl Cascales, alicantino que llegó el sábado a la Isla para emprender un nuevo curso. La diferencia con el año pasado es que «la adjudicación de plazas ha sido telématica, no presencial», añade.
Los nuevos residentes señalan que el verano pasado fue un desastre. «Tenía que presentarme en Palma para que me dijeran mi destino, hubo retraso en los trámites y perdí el avión de vuelta a casa. Este año, afortunadamente, han decidido comunicarlo por internet», asegura el alicantino.
Aunque la mayoría de profesores coinciden en que encontrar piso en Ciutadella es muy fácil, alguna víctima de la necesidad de un domicilio no ha tenido tanta suerte. «Vine hace dos semanas adrede, escogí el piso que me gustó y hace pocos días me informaron de que ya no les interesaba alquilármelo a mí», indica Antònia Marquès, de Mallorca.
Las llegadas a un lugar nuevo suelen ser duras, especialmente porque se deja atrás a familia y amigos. «Ya estuve un año sin mis hijos y mujer, iba los fines de semana a casa, pero ahora que estaré cuatro años nos hemos venido todos, no lo hubiera resistido», se sincera el mallorquín Jaume Mestre.
Maribel Alarcón, que procede de la localidad valenciana de Gandía, llegó el pasado domingo por la noche «muy ilusionada, me encanta dar clases». Aunque ha estado en otras islas de Balears no conocía Menorca y mientras aterrizaba sintió «miedo» a no adaptarse a Menorca. «Los vecinos de aquí te advierten de que en invierno se siente mucha soledad, que es muy tranquila, y es inevitable tener miedo, pero estoy muy ilusionada en iniciar una vida aquí».
Por su parte, Joana Mateu, también mallorquina, tiene «muchas ganas de empezar el curso, hasta ahora he venido a hacer sustituciones, este año puedo plantearme el curso de otra forma».
En general, los interinos destacan de Menorca la calidad de vida que les transmite la Isla, «es más barata, muy bella y la gente te ayuda a integrarte», pero temen «las visitas a casa, hay pocos medios y muy caros».
Uno de los retos más importantes cuando hay un traslado de residencia es encontrar una vivienda. Según los profesores que acaban de llegar a Menorca, «es muy fácil encontrar una casa aquí y es la isla más barata». «Después de aterrizar me puse a buscar piso, no tardas ni una semana en encontrarlo». Los precios en Ciutadella oscilan entre 240 euros en las calas cercanas y 600 euros en el centro, dicen.
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